La unión hace la fuerza.
Cada vez que un ganso se sale de la formación, siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y de inmediato se reincorpora al grupo, para beneficiarse del poder del compañero que va adelante.
Unidos vencemos, divididos nos caemos.
Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar.
Todos debemos estar dispuestos a asumir responsabilidades.
Los gansos que van detrás producen un sonido especial, con energía y lo hacen con frecuencia para estimular a los que van adelante para mantener la velocidad.
Una palabra de aliento incrementa las fuerzas.
Cuando un ganso enferma o cae herido por una bala, dos de sus compañeros se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo, y se quedan con él hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere.
Todos debemos apoyar al caído.
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